viernes, 5 de julio de 2013

Hacienda La Quemada, San Felipe, Gto.


A las afueras del municipio de San Felipe Guanajuato, se encuentra la Hacienda la Quemada, misma que fue adquirida en el año de 1872 por el Exgobernador de Guanajuato Joaquín Obregón Gonzales, misma que en esos tiempos contaba con una extensión territorial de aproximadamente 17 mil hectáreas, de las cuales éstas eran muy productivas para su cultivo, durante su gubernatura Joaquín Obregón aprovechó para poder hacerla una de las mejores haciendas comunicadas en el Estado, ya que contaba incluso con una estación de tren que cruza por el  centro de toda la hacienda, misma Estación Férrea que se encuentra sin modificaciones y con su estructura real desde su creación, ya que Joaquín Obregón logra mantenerla sin expropiación, por medio de un convenio federal en el que se pacta como préstamo de tierras los lugares por donde pasarían las vías férreas, así como la ubicación de la Estación, logrando mantener la Estación y únicamente retirando las vías hasta finalizar el auge ferrocarrilero. Dentro de las tierras de la Hacienda se encuentra el Puente La Quemada, mismo que pasa por El Camino Real de Tierra Adentro, declarado en Agosto de 2010 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


Durante nuestro recorrido por la Hacienda pudimos observar una estructura colonial, misma que se encuentra en reconstrucción ya que cuenta con algunos deterioros, tanto en su estructura como en las pinturas de sus murales, también pudimos apreciar la belleza de sus jardines en donde aún mantienen estructuras de carretas antiguas y algunas fuentes, algunas de las habitaciones aún mantienen su estilo colonial, cuenta con un salón donde se encuentra una majestuosa chimenea.

La hacienda cuenta con servicios para congresos, campamentos y retiros, pudiendo ofrecer gran variedad de atractivos en los alrededores de la hacienda, donde podemos hacer actividades como Competencias en lodo, Rallys nocturnos, Tirolesa, Noches de fogata, Competencias en balsas, Gotcha, Cuerdas Altas, entre otros más.

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Manos de barro

Una de las paradas que se debe realizar en San Felipe es en la alfarería de Don Martín y en la alfarería de Don José. Ambos alfareros heredaron la técnica que enseñó el cura Hidalgo a los habitantes durante su estancia en la entonces Villa de San Felipe.


La alfarería de Don Martín, se encuentra ubicado en un predio que fue adquirido por la asociación de alfareros de la ciudad con la finalidad de atender los requerimientos del gobierno estatal en favor de la ecología.

Después de un trayecto de aproximadamente 15 minutos desde el centro de la ciudad, llegamos a la alfarería de Don Martín. Estaba trabajando en su torno cuando llegamos, sin embargo no fue impedimento para recibirnos con singular alegría – al parecer actitud sanfelipense pues en todos los lugares nos recibieron de la misma manera.

Mientras lo veíamos trabajar nos contaba acerca de la manera en qué comenzó en el oficio de alfarero y de su larga trayectoria en el mismo. Don Martín realiza una gran variedad de piezas que van desde las más típicas como una olla o un plato, hasta piezas con motivos de horror o animales casi a tamaño real.

En esta alfarería podrás subirte al torno e intentar crear tu propia pieza de barro, siempre guiado por el dueño. Parece fácil pero resulta más complicado de lo que imaginabas.
Podrás conocer también el horno de gas en el que queman actualmente las piezas y el horno de leña que se usaba anteriormente.

No olvides comprar una de las piezas que se realizan aquí, así te llevas un suvenir muy tradicional y apoyas la actividad económica de estas personas.

Después de una larga plática con este simpático personaje partimos nuevamente hacia la ciudad a la alfarería de Don José, mejor conocido como “El pájaro”, apodo que asegura se ganó desde que era niño y jugaba beisbol, por la gran velocidad a la que corría pues parecía que volaba.


Don José utiliza una técnica aún más tradicional pues todas las piezas son hechas a mano, no hay torno de por medio, y la quema la realiza en un horno de leña. Para nuestra fortuna, llegamos cuando estaban trabajando él, su esposa y una de sus sobrinas. Vimos como hacían el abrillantado y producían 500 platos que les habían encargado para una comida. Tuvimos la oportunidad de ver cómo salían las piezas al rojo vivo del horno. Nos explicó también que trabaja únicamente en base a pedidos y lo hace todo el año.

Don José y su esposa se muestran preocupados debido a qué son las únicas personas de la localidad que llevan a cabo esta actividad de tan singular manera. Ninguno de sus hijos está interesado en continuar con la tradición de la alfarería; tienen la esperanza de que su nieto de apenas 3 años sí lo haga pues desde ahora muestra un gran interés por la actividad, al grado de que él realizar sus propias piezas desde el amasado de la arcilla hasta la cocción de las mismas.


Aquí también tienes que comprar una de las piezas que se elaboran para seguir contribuyendo con esta antigua actividad para que aprecies las dos distintas técnicas que aún sobreviven en San Felipe.